ESPÍRITU DE AMOR

ESPÍRITU DE AMOR

DULCE ESPÍRITU DEL ALMA

DULCE ESPÍRITU DEL ALMA

DON DE SABIDURÍA

DON DE SABIDURÍA

DON DE ENTENDIMIENTO

DON DE ENTENDIMIENTO

DON DE TEMOR

DON DE TEMOR

domingo, 13 de septiembre de 2009

VEN ESPÍRITU DE DIOS A MI VIDA


ven, espíritu de dios, a mi vida... en mis situaciones de dolor, de sufrimiento, de enfermedad...ven
espíritu de dios y alivia mi sufrimiento, mi falta de salud...ven, espíritu de dios, sobre mi dolor, sobre mi enfermedad, sobre mis grandes o pequeños achaques.

en mis situaciones de soledad, de incomprensión, de sentirme alejado de los demás..., de sentirme marginado...
en mis situaciones donde siento que no me comprenden, que me dan de lado, que no me valoran, que prescinden de mí... ven, espíritu de dios...acompañame para que sienta el calor de tu presencia, tu amor y tu comprensión; para que sienta que tu me aceptas...
ven, espíritu de dios, acogeme, consuela, comprendeme...

en mis situaciones de desconcierto, de oscuridad, de no saber por donde ir, de haberme perdido, de estar desorientado..ven, espíritu de dios ilumina me, orienta me por tus sendas, guia me por tus caminos, dirige me tras tus huellas... ven espíritu santo, conduce me aunque sea de noche, aunque yo no vea nada..lleva me por tus caminos aunque yo esté vacilante.

Ven, espíritu creador, que aprenda a vivir cada momento del día, como único, como infinito y eterno, porque tú estás dentro y fuera llenando todo... ven, espíritu santo, enseñame a vivir con sentido y plenitud lo normal y lo extraordinario, lo llamativo y lo desapercibido, la vida y la muerte de cada día... ven, espíritu de dios... ven, espíritu creador.. ven, espíritu de dios a mi vida..

DORYS PALLARES

domingo, 6 de septiembre de 2009

EL VATICANO A LA SOMBRA DEL ESPÍRITU SANTO


La Voz del Papa.

Recordando al “Papa bueno”
Autor: Padre José Martínez Colín

1) Para saber

Hace unos días el papa Benedicto XVI estuvo presente en un homenaje que se le tributó a su predecesor el beato Juan XXIII con motivo del cincuenta aniversario de su elección a la cátedra de San Pedro.

El Papa pronunció un discurso en la Basílica de San Pedro en donde recordó cómo Juan XXIII, a quien se le llamaba el “Papa bueno”, supo vivir su paternidad espiritual a través de sus gestos, palabras y servicio eclesial. En su pontificado, dijo el Papa, supo ser muy dócil al Espíritu Santo y así ser dirigido para hacer germinar la concordia, la esperanza, la unidad y la paz para el bien de toda la humanidad.

2) Para pensar

EL Papa decía que un don ofrecido a la Iglesia con el papa Juan XXIII fue el Concilio Ecuménico Vaticano II, decidido por él, así como su preparación y su inicio.

Se cuenta que la mañana en que el Papa Juan le comunicó a su secretario la decisión para convocar al Concilio le comentó con su característico buen humor que había pensado que realmente el Papa no era asistido por el Espíritu Santo. El secretario se quedó sorprendido ante tal comentario, pues el Espíritu Santo asiste siempre a la Iglesia y en especial al santo Padre. Entonces el secretario con delicadeza le peguntó al Papa la razón por la cual hacía esa afirmación. El Papa sonriendo ante el desconcierto de su secretario le aclaró: “No se confunda Monseñor, efectivamente el Espíritu Santo no asiste al Papa, sino que el Papa es el asistente del Espíritu Santo”.

Con ello dejaba claro que quien lleva la Iglesia es Dios mismo y el Papa solo ha de obedecer y llevar a cabo las inspiraciones que recibe del Espíritu Santo: el Concilio Vaticano era una de esas inspiraciones queridas por Dios.

Podemos pensar con que actitud escuchamos a Dios y si somos diligentes para poner por obra lo que nos inspira.

3) Para vivir

Pero no pensemos que el Espíritu Santo solo inspira al Papa, pues al encargarse de dirigir a su Iglesia, se dirige a cada uno de sus miembros. La Iglesia la conformamos todos los fieles que gracias al Bautismo, nos incorporamos, como nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “La palabra “Iglesia” significa “convocación”. Designa la asamblea de aquellos a quienes convoca la palabra de Dios para formar el Pueblo de Dios y que, alimentados con el Cuerpo de Cristo, se convierten ellos mismos en Cuerpo de Cristo” (n 777).

Por ello el papa Benedicto recordaba unas palabras del “Papa bueno” en que invitaba a todos los fieles a ser dóciles al Espíritu Santo para ser “como centellas de luz, viveros de amor y levadura para toda la masa. Efecto que será tanto mayor cuanto más estrecha sea la unión de cada alma con Dios” (Pacem in terris, n. 164).

El Espíritu Santo no solo habla en los corazones, con sus inspiraciones, sino también de modo muy claro a través de la Iglesia. El papa Juan XXIII presentó a la Iglesia como madre y maestra, pues ella nos ama y cuida como verdadera madre y, a la vez, nos enseña todo lo necesario para guiarnos a la vida eterna y al amor de Dios.

Hemos de vivir la docilidad a todas las indicaciones que la Iglesia nos señala, en materia de fe y moral, sabiendo que es Dios el que nos marca el rumbo que nos dirige al Cielo junto a Él.