ESPÍRITU DE AMOR

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DULCE ESPÍRITU DEL ALMA

DULCE ESPÍRITU DEL ALMA

DON DE SABIDURÍA

DON DE SABIDURÍA

DON DE ENTENDIMIENTO

DON DE ENTENDIMIENTO

DON DE TEMOR

DON DE TEMOR

miércoles, 21 de abril de 2010

INSPIRACIONES DEL ESPÍRITU SANTO


Desde el Sagrado Corazón de Jesús.
Mi madre es la mujer especial de la cual habla Génesis 3:15, aquella con el poder de aplastar la cabeza de la serpiente, aquella cuya descendencia es la humilde, la líder opuesta al demonio y sus seguidores.

Desde el momento de la Encarnación, Ella se esposó con el Espíritu Santo, quien la colmó de dones y regalos nunca antes recibidos. Yo el hijo de Dios y el fruto del vientre bendito de María vine al mundo para hacer mi trabajo como Redentor de la humanidad. Por esta razón Ella fue llena de Gracia, exaltada y bendecida entre todas las mujeres.

Dichosos son aquellos que reciben el Espíritu Santo, como Isabel, ellos reconocen la dignidad de María. Sus espíritus se regocijan cuando entran en la Presencia de la Madre del Creador, la Reina del Cielo, la Hija perfecta de Dios el Padre, la esposa del Espíritu Santo.

Dios exalta a los humildes y aplasta a los orgullosos, María es la más humilde de todas las criaturas y por esta razón ha sido exaltada por su altísima dignidad, reconocida y concedida por La Santísima Trinidad.

Todo aquel que honra mi Madre, honra la Santísima Trinidad que ha honrado esta Santísima Virgen con tan exaltados ministerios. Mi Padre se regocija por ser el Creador de este templo de perfecciones en cuyo vientre destinó colocar su Santa Palabra en la persona de su único Hijo engendrado. Yo me regocijo como la Palabra de Dios que encontró una morada perfecta, en la cual tomé mi cuerpo y sangre, desde el comienzo destinado a ser la Salvación de los hombres. El Espíritu Santo se regocija por haber tenido esta unión hipostática entre Dios y la humanidad a través de la mas digna de todas las criaturas.

Isabel se preguntó, ¿Quién soy Yo, para que la Madre de Dios me honre con su visita?

Para la Gloria de Dios, mi madre visita a todos los hijos de Dios quienes en el orden de la Gracia son sus propios hijos. Ella es el dulce camino humilde que lleva las almas al conocimiento de su Salvador, toda alma para ella es como una flor que ella cuida y embellece en el Jardín de su Inmaculado Corazón. Su voz es dulce y solo aspira una cosa, darle Gloria a Dios por medio de la Gracia de que ha sido llena, sus palabras para cada alma son las mismas que se escucharon en el pasaje de las Bodas de Caná, “Hagan lo que Él les dice”

Por esta razón, todos aquellos que aceptan a mi Madre como su propia Madre y la reciben con cariño en su corazón y le dan alabanza a Dios con su devoción a Ella, son almas predestinadas, que disfrutan del mismo amor que Yo le tengo a mi Madre.
Autor: José de Jesus y María